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miércoles, 19 de febrero de 2014

Málaga acorralada y bombardeada


«Hay que defender el terreno metro a metro y dejarse matar en los parapetos antes que retroceder», señalaban las órdenes republicanas
 
16.02.2014

La Opinión de Málaga completa la cobertura informativa del aniversario de la matanza de la Carretera de Almería
 
A comienzos del año 1937 el Frente Sur se encontraba estabilizado desde hacía cuatro meses aproximadamente y, salvo algunos contactos locales, no había tenido lugar ningún combate importante. Su línea se extendía desde el sur de Granada y Sierra Nevada hacia el oeste, siendo el pueblo de Órgiva el más avanzado hacia el este así como el más próximo al Mediterráneo. Seguía el Frente hacia el oeste, adentrándose en la provincia de Granada, apoyándose en Loja, Archidona, Antequera y Ronda para, desde este último punto –entre la Sierra de Ronda y Sierra Bermeja- alcanzar el Mediterráneo pocos kilómetros al oeste de Estepona.
 
El sector republicano ocupaba una zona rodeada de un frente en forma de arco, cuyo centro aproximado era Málaga, formando como una gran bolsa fácil de cerrar por el Sector de Órgiva – Motril.
 
Para el almirante nacionalista Francisco Moreno, las operaciones de la ocupación de Málaga se dividían en dos fases principales de ejecución: 1ª Ampliación de las bases de partida en los Sectores Ronda-Estepona y Alhama de Granada; 2ª Cierre de la pinza entre Órgiva y Motril, con la ocupación de este último puerto.
 
El 14 de enero de 1937 el Jefe de la Base Naval de Cartagena recibió un teletipo de la Jefatura de la Base Naval de Málaga por conducto de Almería: «A las 07.20 horas se acercan a Estepona los Cruceros Canarias y Cervera, un cañonero y tres pesqueros».
 
Seguidamente, se daba confirmación desde los mandos republicanos. A las 7.35, el Crucero Canarias, Cervera, cañonero Cánovas y seis guardacostas hacían fuego sobre Estepona, al tiempo que 10 hidros nacionalistas bombardeaban Málaga.
 
A las 8.20 continuaba el bombardeo sobre Estepona. A las 8.40, hora de la última comunicación recibida, Estepona seguía siendo hostigada, quedándose incomunicada telegráficamente y continuando así a las 9.15 horas hasta ser ocupada finalmente por el ejército nacionalista.

El 25 de enero, Hidalgo de Cisneros expuso al Ministro y Jefe del Estado Mayor del Ejército la situación de Málaga; el ministro advirtió la importancia del asunto ya que había columnas de Granada que iban, por un lado, en dirección a Málaga, y por otro, en dirección a Motril. Mientras tanto, la aviación republicana había puesto en Málaga «todos los aparatos disponibles» con el objeto de neutralizar los aviones nacionalistas e incluso de «atacar a los barcos».
 
La segunda fase, catalogada así por el almirante Moreno, comenzó el 4 de febrero. Desde Marbella, ocupada pocos días antes, saldría una columna en dirección Málaga, siguiendo la carretera del litoral. Otras tres columnas, procedentes del interior, debían converger sobre Málaga, Vélez Málaga y más al este.
 
El coronel republicano José Villalba, sabedor de que su flanco izquierdo se encontraba ya muy quebrantado por los triunfos de las columnas nacionalistas que habían ocupado Marbella, y amenazado por las unidades que se hallaban concentradas en el sector de Ronda, es consciente de que le acecha «un ataque violentísimo» del que deberá defenderse a toda costa, puesto que la resistencia de este flanco es esencial para la defensa Málaga. De otro modo, el arco que describe el Frente en la Sierra del Norte se desplomaría fácilmente. Las órdenes dictadas a los batallones que cubrían la línea republicana son muy rigurosas: «Hay que defender el terreno metro a metro y dejarse matar en los parapetos antes que retroceder».
 
Ese mismo jueves día 4, el Dornier nº 4 con una dotación compuesta por el capitán Meléndez y alférez García Amor como pilotos; el alférez Sánchez Vidal como observador; el sargento Ojeda, como bombardero; el sargento Arellano, de radio; y el cabo Contreras de mecánico, efectúa un vuelo de protección antisubmarina a los barcos de la escuadra sublevada en el Frente de Málaga, con una duración de 1 hora 35 minutos.
 
Al mismo tiempo, las concentraciones de las brigadas legionarias en Antequera y Loja anunciaban operaciones de gran importancia. Confiaban los republicanos en «detener a los atacantes en los intrincados y fragorosos pasos de los montes de Abdalajis y de Alhama»; una primera línea de resistencia se apoya en las cumbres del Torcal; pero los apoyos mejores quedan situados en los sectores de las Venta de los Alazores y de las Ventas de Zafarraya.
 
El día 5 de Febrero a las 14.45 horas salieron de Cartagena los buques Libertad, Mendez Núñez, Escaño, Valdés, Gravina y Ciscar para efectuar una expedición por el Mediterráneo hacia el Sur y con la orden de abatir al enemigo encaso de encontrarlo. Mientras tanto, los cruceros nacionalistas bombardean en esos días la costa comprendida entre Marbella y Motril retirándose al anochecer hacia el Estrecho.

La defensa de Málaga se hacía cada vez más inviable, como demuestra el radiograma que se le envía al ministro republicano de la Marina al que se le comunica, que la escuadra nacionalista estaba bombardeando «comunicaciones entre Almería y Málaga cortando hilos telegráficos telefónicos». «Cuando cese bombardeo de artillería enemiga intentaré que se restablezcan estas comunicaciones. Municiones infantería de 7mm. no llegan y actualmente solicitan éstas algunas columnas. Aviación prometida tampoco llegó», completa.
 
El dispositivo adoptado por el almirante nacionalista estaba integrado por los cañoneros Cánovas y Canalejas y las dos lanchas torpederas, Falange y Requeté. Estas últimas, que habían sido adquiridas poco antes en Alemania y puestas temporalmente a las órdenes directas del almirante, apoyarían el avance de la primera columna, desde Marbella a Málaga, en unión del crucero almirante Cervera. El Canarias y el Baleares tendrían por misión impedir la llegada de refuerzos procedentes de Almería, por la carretera de la costa, e inutilizar ésta en varios puntos que el mando terrestre iría determinando.
La presencia de la escuadra republicana en Cartagena y las primeras noticias sobre su próxima salida para impedir la acción de la flota sublevada sobre Málaga, obligaron al almirante a prever la concentración de los tres cruceros en cualquier momento; por lo general, el Canarias y el Baleares se reunían en las amanecidas, siempre a levante de Málaga, y el Cervera estaba listo para incorporarse.
 
Los días 4, 5, 6, 7, 8 y 9 la flota despegó una intensa actividad, llena de incidencias. El 5, un hidroavión nacionalista chocó en el aire con otro bimotor. Uno de los tripulantes, capitán de aviación, resultó muerto, embarcando el cadáver a bordo del Canarias.
 
En las primeras horas del día 6, el almirante, ante la noticia de la salida de Cartagena de cinco destructores con rumbo SW, ordenó retirarse a Ceuta a los buques menores y tomó las medidas oportunas para enfrentarse a la Escuadra republicana con los tres cruceros: Canarias, Baleares y Cervera. El día 7, el Canarias corrió serio peligro en un ataque aéreo llevado a cabo por la aviación republicana, mientras maniobraba alrededor de un buque mercante inglés fuera de las aguas jurisdiccionales. El día 8 entraron en Málaga las tropas nacionalistas; a las 9:30 horas de la mañana penetraban en el puerto los cañoneros, protegidos por el Cervera, mientras el Canarias y el Baleares batían con sus fuegos la carretera a levante de Málaga.
 
*Los historiadores Andrés Fernández y Maribel Brenes son autores de un estudio pionero que recompone por primera vez el minuto a minuto de los ataques y de la resistencia.
 

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